Al
abrir el telón, vemos de fondo un bosque y algunos árboles (trastos)
Vemos
entrar a Caperucita con una escoba.
Barre
un poco mientras canta.
Caperucita:
Soy Caperucita Roja,
y a mi abuelita fui a
ver,
le lleve unos pastes,
mantequilla, vino y miel
Como no tiene dientes
los pastes son de ayer,
como están muy aguaditos.
se los podrá comer.
Se detiene, deja la escoba y reniega.
Noventa
y siete años tiene la abuela y no tiene para cuando partir,
Se me hace que antes yo,
me voy a morir… Ah, caray… estoy hablando en verso, sin esfuerzo (gira la cabeza) y, a lo mejor me
tuerzo… (mira al público, se recompone)
No sé qué hacen allí, pero ya que están allá, permítanme presentar… soy
Caperucita… sí, lo soy… bueno, lo que queda de ella. Porque después de aquella
trágica experiencia (sollozando) ya
no soy la misma.
Todos piensan que la
cándida niñita salió triunfante… pero no!, no fue así.
Les voy a contar el
after… (pausita) para los que no son
bilingües; el después… el después de la historia de Caperucita Roja y el Lobo
Feroz. Ah, sí… porque hubo un después, no crean que el final como se los
contaron es el todo, no señor.
Por cierto, el lobo, ni
era tan feroz, eh… eran más gritos, faramalla y teatro, que efectividad… porque
a la hora de la hora, nomás nada de nada. Bueno, pero esa es otra historia.
Todos conocen el cuento
de Caperucita Roja y el Lobo Feroz? (esperamos
comentarios del público) Pues han vivido en el error, la falacia y la
mentira.
Si lo sabré yo.
Pero, antes de entrar
al after recordemos un poco el cuento, la verdadera historia.
Empieza con el; había una
vez una adorable niña, o séase yo, que era querida por todo aquél que la
conociera… bueno, eso sí es verdad, porque no hubo mancebo que no conociera mi
escultural figura, desde el barrendero hasta el Comendador del pueblo.
Y recordaran que su
abuelita, le regaló una pequeña caperuza de un color rojo… (pausita) bueno, por ese regalo me empezaron
a llamar Caperucita Roja, que si me hubieran regalado una caperuza azul, sería
Caperucita Azul o morada, sería Caperucita Morada, pero no. me regalaron una
roja y fui Caperucita Roja.
Un día mi madre me
dijo: aquí tengo un pastel y una botella de jugo, llévaselas en esta canasta a
tu abuelita que esta enfermita y débil y esto le ayudará. Ah, y no te metas al
bosque porque es muy peligroso, usa el sendero.
Pues eso también es falso…
no era un pastel, eran unos chilaquiles bien picosos, y no era jugo, era anís
del mono. Y eso de que estaba débil, no era otra cosa que una cruda espantosa…
y peligroso es vivir en la frontera donde las balaceras están a la orden del
día.
Agarre la canasta y me
fui a casa de mi abuelita, vivía en el bosque, como a un kilómetro de mi casa. Me
fui por el sendero, como me dijo mi mamá, apenas llevaba unos cuantos metros cuando
me encontré con el lobo, el cual me saludo y me pregunto: ¿Adónde vas tan
temprano, Caperucita Roja?...
Todos creen que le
respondí: A casa de mi abuelita… pero no!... no respondí eso, sino esto: Voy a
llevar el almuerzo a unos leñadores , es pastel y vino. Si quieres nos echamos
un alipus. Y desde allí empecé a sospechar que el lobo no era tan feroz… pues
se negó al ofrecimiento… (pausita)
quién, que se diga macho reúsa un buen trago?... nadie, nadie!... por Dios,
nadie!
El lobo me cuestionó: Y
dónde están los leñadores? guarde silencio y pensé, este wey algo trama, le voy
a seguir la corriente. Y con una sonrisa, obvio fingida, le dije: están
enfrente de la casa de mi abuelita, como a medio kilómetro más adentro en el
bosque, bajo cuatro grandes robles, al lado de unos cipreses. Ah, sí, sí… ya sé
dónde-contesto el lobo- y se ofreció a acompañarme.
Ya en el camino me
dijo: mira Caperucita, que lindas flores se ven por allá, ¿por qué no vas y
recoges algunas? Y fue la ocasión idónea para confirmar la teoría de que el
lobo no era feroz y si un hablador.
Con una sonrisa enorme
le dije: Porque no vamos los dos y cogemos… unas flores, juntos? -no sé qué
haya entendido el lobo que abrió unos chicos ojotes- y allí merito que le mando el puyazo. Tú, yo,
el sol acariciando nuestros cuerpos… no, sé… piénsalo.
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Pero abuelita, qué ojos
tan grandes que tienes… acaso estas estreñida? le pregunte.
–No lo estoy. Y son
para verte mejor, querida.
Ay, abuelita; qué
brazos tan grandes que tienes… Estas haciendo ejercicio de estiramiento?
– No, hijita… ya te
dije que no tengo estreñimiento y mis brazos largos son para abrazarte mejor.
Abuelita! qué boca tan
grande que tienes… acaso estas teniendo sex… y no me dejo terminar la frase
porque grito:
– Para comerte mejor! Y
de un salto salió de la cama y me tragó… sí, así como lo oyen, me trago.
Pudiendo hacer tantas cosas juntos, no!... el señor me trago. Y allí fue cuando
me di cuenta que el lobo no era gay, que sólo estaba castrado… que cómo lo
supe!? Fácil, Solo alguien sin pelotas deja pasar semejante oportunidad.
Entonces el lobo
decidió echarse una siesta y se volvió a tirar en la cama, y una vez dormido
empezó a roncar fuertemente. Ustedes saben porque los hombres roncan? … No!?...
por una sencilla razón… por venganza, sí… por venganza. La mujer se la pasas
todo el día hablando, a poco no?... y en la noche el hombre se desquita. Pero
regresemos al cuento…
Un cazador que por
casualidad pasaba en ese momento por allí, escuchó los fuertes ronquidos y
pensó, ¡Cómo ronca esa viejita! Voy a ver si necesita alguna ayuda. Entonces ingresó
a la casa, se fue a la recamara, y cuando se acercó a la cama vio al lobo durmiendo
a pierna suelta y con una enorme barriga.
Ya se disponía a
disparar su arma contra él, cuando pensó que el lobo podría haber devorado a mi
abuelita y que aún podría ser salvada, por lo que decidió no disparar. Saco un
polvito blanco, una jeringa, una cucharita y un encendedor e hizo un brebaje
que le inyecto al lobo, le metió un par de cachetadas para asegurase de que
estaba drogad… digo, anestesiado. Tomó unas tijeras y empezó a cortarle la
panza.
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Tras varios meses de
intensas sesiones, ya tenía la sentencia el Tribunal Supremo, y las cosas no se
dieron como se esperaban. En primera instancia, ganamos… pero los abogados de
El Lobo, apelaron… A mí se me hace que hubo billete por debajo de la mesa.
Porque, a pesar de que mis abogados mostraron toda la evidencia, incluyendo los
vídeos de la casa de mi abuelita, se los pasaron por el arco del triunfo y
resolvieron de la siguiente manera… por cierto, aquí traigo la resolución del
mandato judicial. (saca un papel y
empieza a leer)
Visto y considerando
los hechos de este caso, examinados en detalle por los honorables miembros de la
Suprema Corte de Justicia… justicia, aja… injusticia que… y tras larga
deliberaciones, este tribunal de manera unánime resuelve anular los fallos
dictados por los Tribunales en primera y segunda instancia, la Cámara de
Casación y la Cámara de Apelaciones, sobre la causa de allanamiento de morada,
ingestión de personas, asalto seguido de robo y abuso deshonesto de menores,
como así también considerar inválidas las pruebas aportadas por el fiscal y los
testigos sobre las siguiente bases:
...
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