domingo, 4 de mayo de 2014

Caperucita Roja perdió el juicio
MONÓLOGO



Al abrir el telón, vemos de fondo un bosque y algunos árboles (trastos)

Vemos entrar a Caperucita con una escoba.

 

Barre un poco mientras canta.

 

Caperucita:

Soy Caperucita Roja,

y a mi abuelita fui a ver,

 le lleve unos pastes,

 mantequilla, vino y miel

 

Como no tiene dientes

 los pastes son de ayer,

 como están muy aguaditos.

 se los podrá comer.

 

Se detiene, deja la escoba y reniega.

 

Noventa y siete años tiene la abuela y no tiene para cuando partir,

Se me hace que antes yo, me voy a morir… Ah, caray… estoy hablando en verso, sin esfuerzo (gira la cabeza) y, a lo mejor me tuerzo… (mira al público, se recompone) No sé qué hacen allí, pero ya que están allá, permítanme presentar… soy Caperucita… sí, lo soy… bueno, lo que queda de ella. Porque después de aquella trágica experiencia (sollozando) ya no soy la misma.

Todos piensan que la cándida niñita salió triunfante… pero no!, no fue así.

 

Les voy a contar el after… (pausita) para los que no son bilingües; el después… el después de la historia de Caperucita Roja y el Lobo Feroz. Ah, sí… porque hubo un después, no crean que el final como se los contaron es el todo, no señor.

 

Por cierto, el lobo, ni era tan feroz, eh… eran más gritos, faramalla y teatro, que efectividad… porque a la hora de la hora, nomás nada de nada. Bueno, pero esa es otra historia.

 

Todos conocen el cuento de Caperucita Roja y el Lobo Feroz? (esperamos comentarios del público) Pues han vivido en el error, la falacia y la mentira.

 

Si lo sabré yo.

 

Pero, antes de entrar al after recordemos un poco el cuento, la verdadera historia.

 

Empieza con el; había una vez una adorable niña, o séase yo, que era querida por todo aquél que la conociera… bueno, eso sí es verdad, porque no hubo mancebo que no conociera mi escultural figura, desde el barrendero hasta el Comendador del pueblo.

 

Y recordaran que su abuelita, le regaló una pequeña caperuza de un color rojo… (pausita) bueno, por ese regalo me empezaron a llamar Caperucita Roja, que si me hubieran regalado una caperuza azul, sería Caperucita Azul o morada, sería Caperucita Morada, pero no. me regalaron una roja y fui Caperucita Roja.

 

Un día mi madre me dijo: aquí tengo un pastel y una botella de jugo, llévaselas en esta canasta a tu abuelita que esta enfermita y débil y esto le ayudará. Ah, y no te metas al bosque porque es muy peligroso, usa el sendero.

 

Pues eso también es falso… no era un pastel, eran unos chilaquiles bien picosos, y no era jugo, era anís del mono. Y eso de que estaba débil, no era otra cosa que una cruda espantosa… y peligroso es vivir en la frontera donde las balaceras están a la orden del día.

 

Agarre la canasta y me fui a casa de mi abuelita, vivía en el bosque, como a un kilómetro de mi casa. Me fui por el sendero, como me dijo mi mamá, apenas llevaba unos cuantos metros cuando me encontré con el lobo, el cual me saludo y me pregunto: ¿Adónde vas tan temprano, Caperucita Roja?...

 

Todos creen que le respondí: A casa de mi abuelita… pero no!... no respondí eso, sino esto: Voy a llevar el almuerzo a unos leñadores , es pastel y vino. Si quieres nos echamos un alipus. Y desde allí empecé a sospechar que el lobo no era tan feroz… pues se negó al ofrecimiento… (pausita) quién, que se diga macho reúsa un buen trago?... nadie, nadie!... por Dios, nadie!

 

El lobo me cuestionó: Y dónde están los leñadores? guarde silencio y pensé, este wey algo trama, le voy a seguir la corriente. Y con una sonrisa, obvio fingida, le dije: están enfrente de la casa de mi abuelita, como a medio kilómetro más adentro en el bosque, bajo cuatro grandes robles, al lado de unos cipreses. Ah, sí, sí… ya sé dónde-contesto el lobo- y se ofreció a acompañarme.

 

Ya en el camino me dijo: mira Caperucita, que lindas flores se ven por allá, ¿por qué no vas y recoges algunas? Y fue la ocasión idónea para confirmar la teoría de que el lobo no era feroz y si un hablador.

 

Con una sonrisa enorme le dije: Porque no vamos los dos y cogemos… unas flores, juntos? -no sé qué haya entendido el lobo que abrió unos chicos ojotes-  y allí merito que le mando el puyazo. Tú, yo, el sol acariciando nuestros cuerpos… no, sé… piénsalo.

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Pero abuelita, qué ojos tan grandes que tienes… acaso estas estreñida? le pregunte.

–No lo estoy. Y son para verte mejor, querida.

 

Ay, abuelita; qué brazos tan grandes que tienes… Estas haciendo ejercicio de estiramiento?

– No, hijita… ya te dije que no tengo estreñimiento y mis brazos largos son para abrazarte mejor.

 

Abuelita! qué boca tan grande que tienes… acaso estas teniendo sex… y no me dejo terminar la frase porque grito:

– Para comerte mejor! Y de un salto salió de la cama y me tragó… sí, así como lo oyen, me trago. Pudiendo hacer tantas cosas juntos, no!... el señor me trago. Y allí fue cuando me di cuenta que el lobo no era gay, que sólo estaba castrado… que cómo lo supe!? Fácil, Solo alguien sin pelotas deja pasar semejante oportunidad.

 

Entonces el lobo decidió echarse una siesta y se volvió a tirar en la cama, y una vez dormido empezó a roncar fuertemente. Ustedes saben porque los hombres roncan? … No!?... por una sencilla razón… por venganza, sí… por venganza. La mujer se la pasas todo el día hablando, a poco no?... y en la noche el hombre se desquita. Pero regresemos al cuento…

 

Un cazador que por casualidad pasaba en ese momento por allí, escuchó los fuertes ronquidos y pensó, ¡Cómo ronca esa viejita! Voy a ver si necesita alguna ayuda. Entonces ingresó a la casa, se fue a la recamara, y cuando se acercó a la cama vio al lobo durmiendo a pierna suelta y con una enorme barriga.

 

Ya se disponía a disparar su arma contra él, cuando pensó que el lobo podría haber devorado a mi abuelita y que aún podría ser salvada, por lo que decidió no disparar. Saco un polvito blanco, una jeringa, una cucharita y un encendedor e hizo un brebaje que le inyecto al lobo, le metió un par de cachetadas para asegurase de que estaba drogad… digo, anestesiado. Tomó unas tijeras y empezó a cortarle la panza.

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Tras varios meses de intensas sesiones, ya tenía la sentencia el Tribunal Supremo, y las cosas no se dieron como se esperaban. En primera instancia, ganamos… pero los abogados de El Lobo, apelaron… A mí se me hace que hubo billete por debajo de la mesa. Porque, a pesar de que mis abogados mostraron toda la evidencia, incluyendo los vídeos de la casa de mi abuelita, se los pasaron por el arco del triunfo y resolvieron de la siguiente manera… por cierto, aquí traigo la resolución del mandato judicial. (saca un papel y empieza a leer)

 

Visto y considerando los hechos de este caso, examinados en detalle por los honorables miembros de la Suprema Corte de Justicia… justicia, aja… injusticia que… y tras larga deliberaciones, este tribunal de manera unánime resuelve anular los fallos dictados por los Tribunales en primera y segunda instancia, la Cámara de Casación y la Cámara de Apelaciones, sobre la causa de allanamiento de morada, ingestión de personas, asalto seguido de robo y abuso deshonesto de menores, como así también considerar inválidas las pruebas aportadas por el fiscal y los testigos sobre las siguiente bases:

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