domingo, 29 de enero de 2012

Romeo y Julieta versión hugorgomez


Aclaración…
Antes que otra cosa pase, no sea que se levante de su tumba y venga a jalarme las patas…

Levanto la voz para curarme de espanto pidiendo dispensas por la versión que a continuación leerán.
Mi intención no es otra que brindarles un poco de diversión con un clásico de la literatura, puesto en papel muy a mi manera, espero les guste y si no… pus que le vamos a hacer.


OBRA EN TRES ACTOS
LO QUE LEERAS SON EXTRACTOS DE LOS TRES ACTOS


PERSONAJES
por orden de aparición

RODOLFINI Cantinero.
SANSÓN Lacayo de los Capuletos.
GREGORIO Lacayo de los Capuletos.
ABRAHAM Lacayo de los Montesco.
BALTASAR Lacayo de Romeo.
BENVOLIO Sobrino de Montesco.
TEOBALDO Sobrino de Capuleto.
CAPULETO (usa bastón) Papá de Julieta.
SEÑORA DE CAPULETO Mi Lady (Mamá de Julieta.)
MONTESCO Papá de Romeo.
SEÑORA DE MONTESCO Mamá de Romeo.
PROCURADOR La ley y tío de Paris
ROMEO El enamorado.
VOZ OFF RUMINA Eso, voz off
MERCURIO Amigo de Romeo
FRAILE LORENZO Confesor de Romeo GAY Muy maquillado




Esta escena corre por completo en la famosísima cantina de Rodolfini “Sal si puedes” tendrá un decorado muy sencillo, una barra, (la cual; si así lo disponen puede, al girarse, convertirse en muro para el segundo acto) una mesa, dos sillas y al fondo un gran “espejo” obvio, hecho de papel en el cual se podrá leer el nombre de la cantina.

Nota: Así lo concibo yo, pero ustedes pueden decorarlo como se les hinche… digo, como crean conveniente.

ESCENA PRIMERA

Cantina “Sal si puedes”, escuchamos música de cantina mientras Rodolfini, el cantinero limpia un vaso y le hace segunda a la canción de fondo, pero con voz muy desafinada deja de cantar en cuánto ve entrar a Sansón y Gregorio, los cuales se dirigen a la barra.

SANSÓN: Sabes que mi Gregorio…
GREGORIO: ¿Qué mi Sansón?
SANSÓN: No hay que achicopalarnos.
GREGORIO: Achi… qué ¡?
SANSÓN: Achicopalarnos… tener miedo.
GREGORIO: ¡Miedo yo!... ¡Jamás!... Sólo Judas temió.
SANSÓN: Y no tanto temió a la muerte, como temió el hoyo… profundo y negro.
GREGORIO: (con la mano en la empuñadura) Mi espada está impaciente
SANSÓN: Aunque la bronca es entre ellos, nosotros no podemos quedarnos al margen.
GREGORIO: No podemos y no lo haremos. Si hay que entrarle a los margenazos… pus le entramos.
SANSÓN: (a Rodolfini) Tú. Sírvenos dos mezcales.
RODOLFINI: Trabajan dos mezcales.
GREGORIO: Ah, (fanfarrón) si veo un Montesco (saca su espada) o algún sirviente de ellos, con esta (alza la espada) lo atravieso y lo dejo tieso. (tira al aire unas cuantas estocadas al aire y guarda la espada)
SANSÓN: No tendrás que esperar mucho, (mirando a la puerta de la cantina) allá veo venir al Abraham y el Baltasar.
GREGORIO: (dramático) Peleare hasta que no quede gota de sangre en mi cuerpo.
SANSÓN: No seas dramático. Hay que provocarlos, y si responden... pus se las respondemos.
GREGORIO: (emocionado) Sí, si… les reponemos... Y, (confundidon) ¿qué les reponemos?
SANSÓN: Nada. No les repondremos nada…
GREGORIO: No…!?
SANSÓN: No. Porque dije respondemos, o sea; si nos gritan les gritamos, si nos violentan los…
GREGORIO: (interrumpiendo) Los violamos.
SANSÓN: Nooo. Se las partimos.

ESCENA DOS

Vemos entrar a Baltasar y Abraham, Gregorio y Sansón se agarran de la mano, (como si fueran novios) y las mecen, haciendo clara burla de que los recién llegados son gay.

SANSÓN: No somos machos…
GREGORIO: Pero somos muchos.

Ambos ríen a carcajadas mientras se sueltan las manos.

ABRAHAM: ¿Insinúan que soy gay?
SANSÓN: Tú no…
GREGORIO: Pero tu novio sí.

Estallan nuevamente en carcajadas.

BALTASAR: Soy hombre, muy hombre… jamás, óiganlo… (lo grita a los cuatro vientos) jamás me he metido con un hombre … (al publico) ni lo volveré hacer.
ABRAHAM: Ni un alipus hemos probado y el insulto ya ha brotado. (saca su espada) Pero esto lo van a pagar con sangre.
SANSÓN: (sacando su espada) Uy que miedo.
GREGORIO: (sacando su espada) Vamos a batirnos.
RODOLFINI: (gritando) Nooooo.
BALTASAR: ¿No, qué?
RODOLFINI: Que no se batan… es que luego huele retefeo.
ABRAHAM: Que nos vamos a batir en duelo de espadas.
RODOLFINI: Ah… pero háganlo afuera.
SANSÓN: ¿No quieres ver sangre?
RODOLFINI: Lo que no quiero es limpiarla.

Los cuatro con espada en mano amagan con pelear, dan vuelta en círculo hasta quedar en la posición inicial. Queda en parejas, Sansón frente a Baltasar y Gregorio frente a Abraham, con las espadas en lo alto las acercan hasta que estas sus puntas se tocan, al tiempo que exclaman…
LOS CUATRO: Bah… (separan las espadas dando un paso hacia atrás)


ESCENA TRES

Vemos entrar a Benvolio y Teobaldo

BENVOLIO: (en tono enérgico) Guarden sus espadas, que aquí se viene a tomar no a pelear.
TEOBALDO: (a Benvolio) El que mete paz saca más y le pican el de…
BENVOLIO: ¡Calla canalla! Blasfemias escupen tu boca.
TEOBALDO: Taporverse quien es mas blasfemo… si un Montesco o un Capuleto.
BENVOLIO: (sacando su espada) El que caiga primero lo será.
TEOBALDO: (sacando su espada) Ese serás tú.

Se traban en una lucha de espadazos, recorren el escenario en batalla. Mientras sucede esta acción vemos entrar a Capuleto y señora.

ESCENA CUATRO

CAPULETO: (a su señora) Mi espada, mi espada…
SEÑORA DE CAPULETO: (le da su bastón) toma.
CAPULETO: Dije espada, no está cochinada.
SEÑORA DE CAPULETO: Que espada ni que ocho cuartos, el bastón es lo que necesitas.
CAPULETO: Mujer, es el honor de los Capuletos… tengo que jugarme el pellejo.
SEÑORA DE CAPULETO: Ay mi vida… si no estás para duelos… menos para eso...

ESCENA CINCO

Escuchamos en off a Montesco

MONTESCO: (off) Capuletoooo…

Los combatientes dejan la lucha, se hace un silencio. Vemos entrar a Montesco y señora.

MONTESCO: Capuleto, di tus oraciones.
CAPULETO: Si no me voy a dormir.
MONTESCO: No. Pero te vas a morir.

Las mujeres se ponen frente a sus maridos evitando el enfrentamiento.

CAPULETO: Apártate mujer.
SEÑORA DE CAPULETO: No seas necio Capuleto.
MONTESCO: (a su esposa) Hazte un lado que voy a matar un cochino.
CAPULETO: Me pones a temblar con tus palabras vanas.
MONTESCO Te voy a poner en un ataúd.
SEÑORA DE MONTESCO: (a su marido) Acuérdate de la azúcar.
MONTESCO: Ya deje comprado dos kilos.
SEÑORA DE MONTESCO: No. De que te sube con la muinas.
SEÑORA DE CAPULETO: Y tú Capuleto acuérdate de tu presión…

ESCENA SEIS

PROCURADOR: (entrando) ¿Alguien dijo prisión?
SEÑORA DE CAPULETO: No señor procurador. Lo que dije fue presión.
PROCURADOR: Presión es la que recibo de mis jefes. Ya es insoportable la situación entre los Capuletos y Montesco… un muerto por aquí otro por allá, parecen capos peleando plaza.
MONTESCO: Pero…
PROCURADOR: Pero nada… Si vuelven a turbar el sosiego de la ciudad con cárcel la pagaran.
CAPULETO: (a Montesco) Te salvo la campana viejo carcamán.
PROCURADOR: Basta de valentonadas. (a los presentes) Y sigan bebiendo que aquí no ha pasado nada. Tú Capuleto vienes conmigo (Montesco le hace muecas de burla) y tú Montesco ni creas que te salvaste, te espero en mi oficina en una hora, tenemos mucho que platicar. (salen el procurador y Capuleto)
SEÑORA DE CAPULETO: Donde va mi marido voy yo. (sale)
TEOBALDO: Donde va mi tía voy yo, espéreme tía (sale)

ESCENA SIETE

SEÑORA DE MONTESCO: ¿Quién empezó la trifulca?
TODOS: (Señalándose) Ellos.
SEÑORA DE MONTESCO: (a Rodolfini) Tú me dirás la verdad… ¿Quién empezó el desmán?
RODOLFINI: El desmán no sé, pero la bronca… (tanto Montescos como Capuletos empuñan su espada y le dirigen miradas amenazantes al Rodolfini) … la bronca, este tampoco sé mi señora, es que yo me fui a la bodega y cuando regrese ya estaba el zafarrancho. Lo que sí le puedo decir es que el procurador termino el pleito.
SEÑORA DE MONTESCO: Eso lo vimos todos. (a Benvolio) ¿has visto a Romeo?

Mientras suceden estos diálogos los lacayos estarán bebiendo su mezcal en silencio

BENVOLIO: Lo vi muy de madrugada, se internaba en el bosque de los sicomoros, se le veía taciturno, meditabundo y cabizbajo… ¿no andará en las drogas?
MONTESCO: Ni de chiste lo digas, Romeo sabe que ese camino solo tiene un final… (enfático) la muerte.
BENVOLIO: ¿Entonces que hace tan temprano en el bosque?...
SEÑORA DE MONTESCO: Una pena aflige a mi hijo y en ese bosque busca consuelo.
BENVOLIO: Tío, ¿sabes tú la causa de su pena?
MONTESCO: Ni la más mínima idea… Pero en cuanto sepa la causa le pondré remedio… más, si con tu habilidad pudieras arrancarle el secreto, yo te daría unas cuantas monedas de oro.
BENVOLIO: No lo haré por el oro, lo haré por la familia… ¿cuántas monedas dijiste que son?
MONTESCO: Las suficientes para treinta días de parranda.
BENVOLIO: Veré que puedo hacer.
MONTESCO: (a su esposa) Vámonos mujer. (camina a la salida)
SEÑORA DE MONTESCO: Voy esposo mío. (a los lacayos) Y ustedes, nomás cobran y gastarlo en tequila y mezcal (les truena los dedos) y así de rapidito se me están largando a sus casas a dejar el gasto y si les sobran algunas monedas pueden venir a tirarlas aquí. (salen en fila india) desobligados estos… (a Benvolio) Tú te quedas a cumplir el encargo de tu tío.

ESCENA OCHO

BENVOLIO: (a Rodolfini) Como yo soy solterito, sírveme una de agave azul (avienta unas monedas al mostrador)
RODOLFINI: Voy a la bodega que allá tengo lo finolis (sale)
BENVOLIO: (para si) Ay Romeo, ¿qué atormenta tu púbera alma?... no vaya a ser que quieras salir de closet y no encuentras como decirlo… (asombrado) ¡Jesucristo sacramentado!... mi tío se muere, se muere…




ACTO SEGUNDO

En este acto dividiremos el escenario en dos, en una parte… la cual estará ubicada al fondo del escenario (arriba) la cual será el balcón de Julieta (que da a la calle), adornamos un poco con plantas y flores para dar la impresión de un jardín. Y abajo, estará la celda del Fraile Lorenzo.
Esto se hace con la finalidad de evitar tanto cambio de escenografía… o como dije al principio… hagan lo que crean conveniente al respecto, pero yo haría la división de escenario.


ESCENA UNO
Balcón de Julieta (esta por amanecer)

ROMEO: (entrando) Julieta, Julieta… si tu cuerpo fuera cárcel y tus brazos grilletes, me declaro culpable para cumplir la condena.
JULIETA: (asomándose por el balcón) Romeo, Romeo… ¿dónde estás que no te veo?
ROMEO: Acá Julieta… a tus pies me tienes.
JULIETA: En mis brazos deberías estar, pero eres Montesco y eso nos pasó a fregar.
ROMEO: Que le importa al amor el apellido… o, ¿es acaso que me tomas por enemigo?
JULIETA: No eres tú mi enemigo, es el nombre de Montesco que llevas.
ROMEO: Ay Julieta qué culpa tengo yo de haber nacido en esa cuna. Y si eso te enfada, para ti seré Romeo Gómez… o Romeo Paredes, o de plano Romeo a secas… sin apellido.
JULIETA: Que solución tan vana, y dime: ¿cómo has llegado aquí?
ROMEO: Fue el amor mi guía.
JULIETA: Ese amor que dices, ¿es amor de verdad? Porque si me tienes por fácil y crees que con disimulo te voy a dar el… si, te has equivocado, el burdel esta por allá. (señala)
ROMEO: Julieta, te juro que mis intensiones son más limpias que las de un político en campaña.
JULIETA: No jures por nadie, hazlo con el corazón, y si tu amor es honrado y casarte quieres…
ROMEO: (interrumpe) Julieta, amor de mi corazón te respondo…
JULIETA: (interrumpe) ¡calla!... consúltalo con la almohada, y mañana te enviare a mi nana para saber tu respuesta… de ser afirmativa le dirás cómo y cuando quieres celebrar la sagrada ceremonia.
VOZ OFF DE NANA: ¡Julietaaaaaa!
JULIETA: Ya voy nana. (a Romeo) Pero si tus intenciones no son sanas y sólo quieres retozar, conmigo te la vas a pe…
VOZ OFF DE NANA: ¡Julietaaaaaa!
JULIETA: Ah, como chilla el niño… ya voy nana. (a Romeo) Aguántame tantito voy a ver que se le atoro a la nana. (sale)
ROMEO: (reflexionando) Qué me lave… ¿qué?... (se huele la axila) ¿apoco me chilla la ardilla?
JULIETA: (asomandose de nuevo al balcón) Romeo.
ROMEO: Alma mía.
JULIETA: ¿A dónde y a qué hora envío a mi nana por la respuesta?
ROMEO: A la celda del fraile Lorenzo a las nueve.
JULIETA: Vete ya, que está por amanecer, no quiero que te encuentren aquí porque te matan, y seré viuda antes de casarme.
ROMEO: Parto sin dolor…
JULIETA: Las horas me serán eternas… (le lanza un beso) mi Romeo… (sale)
ROMEO: (“agarra” el beso y se lo lleva a la boca) Mi dulce Julieta. (sale)

ESCENA DOS
Celda del Fraile Lorenzo

FRAY LORENZO: No ha cantado el gallo y ya estoy de pie.
ROMEO: (entrando) Buenos días, padre.
FRAY LORENZO: (sorprendido) ¡Romeo, tú tan temprano!... o, ¿madrugaste o no te has acostado?
ROMEO: Lo segundo.
FRAY LORENZO: ¿Estuviste con Rosalía?
ROMEO: Rosalía… No padre, ella es cosa del pasado.
FRAY LORENZO: Pero si apenas ayer…
ROMEO: ¿Que no ayer es pasado?
FRAY LORENZO: Tienes razón. Luego, ¿de dónde vienes?
ROMEO: De la reunión de los Capuleto, dónde conocí a la más hermosa criatura…
FRAY LORENZO: (sarcástico) ¿Dónde he escuchado esas palabras?... continúa hijo, continúa.
ROMEO: Y ahí, en el seno de mis enemigos fui herido…
FRAY LORENZO: (alarmado) ¿¡Dónde Romeo, dónde!?
ROMEO: (manos al corazón) Aquí.
FRAY LORENZO: Herida mortal.
ROMEO: Lo será si no es correspondido mi amor.
FRAY LORENZO: (ya relajado) Ay Romeo, tu cambias de novia como calzones el diarreico… Isabel, Petra, Daniela, Laura, Patricia y Rocío… Todas estas en el último mes… ¿Como se llama el nuevo amor… (sarcástico) la criatura más hermosa?
ROMEO: (lanza un suspiro) Julieta.
FRAY LORENZO: ¡Animas del purgatorio!... ¿Acaso es Julieta Capuleto?
ROMEO: La misma que viste y calza.
FRAY LORENZO: Y, ¿en qué puedo ayudarte yo?
ROMEO: Quiero que nos case.
FRAY LORENZO: (al público) ¿Qué saldrá de esta unión?... ¿desgracia o bendición? (a Romeo) ¿para cuándo es la boda?
ROMEO: Para hoy por la tarde.
FRAY LORENZO: Dalo por hecho. Espero que esta unión sea el lazo que acabe con tanto rencor.
ROMEO: No tarda en llegar su nana por mi resolución.
FRAY LORENZO: Romeo, cita a las seis para la bendición nupcial.
ROMEO: Sí, padre.
FRAY LORENZO: Este acontecimiento me ha despertado el apetito, voy por unos tamalitos y un atolito de masa. (empieza a salir) y que Dios nos agarre confesados. (sale)

ESCENA TRES

ROMEO: La idea de no tener el amor de Julieta me turba, pero estaré más… tranquilo en cuanto la nana lleve mis palabras de amor a Julieta (vemos entrar a Nana) ¡Nana!... puntual a la cita llegas.
NANA: Y traigo un recado de la señorita Julieta.
ROMEO: Y, ¿qué recado trae la recadera?
NANA: Dice la señorita, que si engañarla es su objeto… no sea o...bstinado y mejor hágase a un lado, que otro mancebo pretende su mano.
ROMEO: Que se haga a un lado ese marrano, porque mis intenciones con Julieta son de matrimonio.
NANA: ¿Para cuándo es la boda?ROMEO: Para hoy. Dile que invente algún pretexto para a las seis venir a confesarse.




ACTO TERCERO

Iniciamos el acto de entre el público, para que; mientras se desarrolla la escena, donde Romeo es enterado de la muerte de Julieta y que a Fray Lorenzo le regresaron la carta con la explicación de la muerte fingida de Julieta, se haga el cambio de escenario a la cripta familiar de los Capuleto.

ESCENA CERO
Entre el público

BALTASAR: (grita, desde el fondo) ¡Romeoooooo! (al público) ¿Alguien ha visto a Romeo?

Interactúa con el público y responde acorde a lo que le contesten. Termina esta interactuación cuando vuelve a gritar el nombre de Romeo.

BALTASAR: Romeoooooo…
ROMEO: (entrando) Acá estoy.
BALTASAR: (contento) Romeo, que bueno que te encuentro.

Se dirigen al centro, del público, (o, donde haya un espacio propio) y se dan un abrazo.

ROMEO: Y dime Baltasar… ¿Alguna novedad?
BALTASAR: No… Bueno sí. Fíjate que se murió la mula de doña Gertrudis.
ROMEO: Hombre, no le digas así a la difunta Gertrudis.
BALTASAR: No... Que se murió su mula, la bestia de carga… no doña Gertrudis.
ROMEO: Ah. Y, ¿de qué murió?
BALTASAR: De cansancio extremo.
ROMEO: Y, ¿por qué se canso?
BALTASAR: De acarrear agua.
ROMEO: ¡¿Agua?!... y, ¿para qué?
BALTASAR: Para apagar el incendio.
ROMEO: ¡Cual incendio!
BALTASAR: El que provocaron las velas en la misa a la memoria de Julieta Capuleto.
ROMEO: ¡Julieta!... se murió Julieta… mi Julieta!!!!
BALTASAR: Que, apoco no sabías que ayer murió.
ROMEO: Eso tengo que verlo con mis propios ojos.
BALTASAR: ¿Vas a verla?
ROMEO: Sí. Pero antes voy a ver al boticario para que me prepare un veneno que me mate al instante, si mi Julieta en verdad está muerta. (sale)
BALTASAR: (mientras va saliendo Romeo) Dile que le ponga saliva de suegra… eso es más ponzoñoso que mil alacranes juntos. (al público) De haber sabido que iba a hacer tanto pancho, ni le digo lo de la mula.

Llega Fray Lorenzo con una carta en la mano.

FRAY LORENZO: Romeo, Romeo…
BALTAZAR: No padre, soy Baltasar. Y dígame, ¿qué lo trae a Mantua?
FRAY LORENZO: (busca con la vista) Donde esta Romeo. (alterado) No le llego la carta, me la regresaron por falta de timbres…. me va a matar… me va a matar.
BALTASAR: El que se va a matar es él.
FRAY LORENZO: Ya sabe lo de Julieta.
BALTASAR: Se lo acabo de decir. Y corriendo salió de aquí en busca de un veneno mortal, el cual beberá en cuanto vea el cuerpo sin vida de Julieta.
FRAY LORENZO: Ay san Casiano, dame valor y fuerzas para llegar antes que Romeo con Julieta y evitar una tragedia.
BALTASAR: Si salimos ya, quizá lleguemos antes.
FRAY LORENZO: Vámonos. (salen ambos)

ULTIMA ESCENA
Cripta de los Capuleto
Vemos salir la mano de Julieta del sepulcro, se estira, como cuando se despierta de un profundo sueño.

Vemos entrar a Fray Lorenzo, lleva en la mano la carta que Romeo le envió con Baltasar.

FRAL LORENZO: (asombrado) Que veo… dos cuerpos (corre hacia Romeo) ¡Romeo!… (va hacia Paris) ¡Paris!… ambos muertos… (mira hacia el sepulcro) y Julieta está despertando.
JULIETA: (se incorpora hasta quedar sentada) Padre… ¿dónde está mi esposo?
FRAY LORENZO: (se dirige al sepulcro y ayuda a salir a Julieta) Hija mía… Romeo ha muerto (señalando) ahí está su cuerpo, y el de allá es Paris.
JULIETA: Ese no me importa. (corre hacia Romeo) Esposo mío… de la muerte regreso y tú vas a ella… que veo (se refiere al frasco de veneno) (lo levanta) Veneno… ahorita te alcanzo Romeo. (se lo lleva a la boca) No dejaste ni una gota… quizá en tus labios haya un poco. (lo besa)
VOZ OFF BALTASAR: Padre, alguien se acerca.
FRAY LORENZO: ¡Julieta! Vámonos al convento, no es momento para detenernos aquí. (sale)
JULIETA: (terminando el beso, se humedece los labios… pausita) Ni cosquillas.
VOZ OFF: Salió de la cripta de los Capuleto.
JULIETA: Esto hay que apresurarlo, (toma la daga de Romeo, la coloca en su pecho) Vida, perdóname… pero para que te quiero si no tengo a Romeo. (la “hunde” en su pecho y cae muerta sobre Romeo)

Vemos entrar al procurador, a los Capuleto, Montesco y acompañantes.

PROCURADOR: ¡Paris!
SEÑORA DE CAPULETO: ¡Julieta!
SEÑORA DE MONTESCO: ¡Romeo!
CAPULETO: ¡¿Qué diablos paso aquí!?
MONTESCO: ¿Alguien lo puede explicar?
FRAY LORENZO: Yo puedo.
PROCURADOR: Habla ya.
FRAY LORENZO: Pues resulta ser… que Romeo y Julieta se desposaron.
TODOS: ¡Noooo!
FRAY LORENZO: Sí. Yo los case.
TODOS: ¡Cuando!
FRAY LORENZO: Poco antes de que Teobaldo muriera.
TODOS: Ahhhhh
FRAY LORENZO: Muerte que causo el destierro a Romeo.
NANA: Eso ya lo sabemos… ¿qué paso después?
FRAY LORENZO: Julieta entristeció. Y ustedes (señala a los Capuleto) pensaron que si la casaban con Paris iba a ser feliz.
SEÑORA DE CAPULETO: (le da un zape a Capuleto) Tú y tus ideotas.
FRAY LORENZO: Julieta, al enterarse de su matrimonio arreglado, fue a pedirme buscara la forma de evitar esa segunda boda, porque si no iba a matarse en mi presencia.
SEÑORA DE CAPULETO: Y, ¿qué hizo usted?
FRAY LORENZO: Le di un brebaje que aparenta la muerte, Julieta despertaría y huiría con Romeo.
SEÑORA DE MONTESCO: Entonces… ¿por qué no huyeron?
NANA: Ay señora, los muertos no huyen.
CAPULETO: Gata retobona. La señora Montesco se refiere a… ¿qué salió mal?
FRAY LORENZO: Ahí está la cosa… no es que salió… si no por qué no salió.
PROCURADOR: A ver, a ver, a ver… de qué diantres habla.
FRAY LORENZO: De la carta.


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