sábado, 2 de mayo de 2015

El Divorcio




Hugo Rodolfo Gómez Paredes

 

Asesoría

Patricia Rodríguez García

 

Colaboración especial

Karen Celis Vergara

 

Personajes

Karla               La recién divorciada

Lulú                La amiga con dos años de divorciada.

Él                     El Ex

 

Karla es una mujer joven, con apenas 39 años, está a muy poco de llegar al pico de la curva en la vida.  Con escasos 5 meses de su divorcio, su estado de ánimo es algo frágil y la seguridad emocional que durante algunos años fue perdiendo, hoy la está recuperando poco a poco.

Como resultado de la despedida de soltera de su amiga Patricia y una cruda que la consume, hace un recuento de las cuatro etapas que vivió antes de llegar a disolución del contrato matrimonial.

 

·         Enamoramiento

·         Crisis

·         Traición

·         Abandono

 

La acción sucede en la sala de su casa.

ESCENA I La cruda

 

Karla / Lulú en off

 

Vemos entrar a Karla al escenario en pijamas y pantuflas.

La ropa que traía “anoche” esta regada por el escenario.

¡Qué barbaridad!... No sabía que era capaz de beber tanto. (se agarra la cabeza, se sienta) Te juro Diosito que no vuelvo a tomar… mucho.  (Ríe) Pinche Rebeca, quien la viera, tan recatada y bailando arriba de las mesas, quitándose la ropa… auch… (se queja leve de su cabeza) ¡Esa despedida de soltera estuvo de poca madre! (se frota las sienes) Ay, mi cabeza, todavía me da vueltas.  (se levanta) Necesito unas aspirinas. (sale)

Regresa con un vaso y dos aspirinas. Se las toma.

(Busca su celular) Dónde carajos deje el pinche celular. (esta en el sillón) ¡Ah, ya te vi! (lo toma y revisar): ¡Diez llamadas perdidas! Voy a llamarle. (marca) Bueno, Lulú… Ay, manita, disculpa que no te contesté antes, pero lo tenía en silencio… No. Todo bien, el Uber me trajo derechita a casa…  todo un caballero… cien pesos me cobró… ¡Nooo! Yo, subirme a esos taxis donde traen música de banda y reggaetonera a todo volumen, huelen a chivo mojado y aunque sea de noche traen gafas oscuras, ¡jamás!… lo barato sale caro, que no se te olvide. (se huele la pijama y hace gestos de fuchila) Manita, manita, te voy a poner en altavoz, es que me voy a vestir.

Recoge la ropa (deja las zapatillas) y sale.

LÚLU EN OFF: Con la peda que te pusiste, ¿apoco llegaste a ponerte pijama? Yo, que casi no tome, llegue rendida a la casa, nomás me avente a la cama y me quede dormida, con decirte que ni las zapatillas me quite.  Oye, Karla… ¿no te habrás dormida encuerada para ver si alguien se aparecía por tu cama? (Voz picara) Podría ser el chofer del Uber, Yuuuu. No, no, no… tu vecino, el de la esquina, el que se la vive en el gym, tiene cuerpo de tentación, pero cara de te pongo una bolsa tamaño jumbo (ríe) Yo si me lo tiraba, nomás cierro los ojos y a volaaaar... (pausita) ¿Bueno? Karla… ¿sigues allí?

KARLA: (entrando, está acomodándose la blusa)  Sí, Lulú. Aquí sigo.

LULÚ EN OFF: Pensé que me habías dejado hablando como loca.

KARLA: ¡No, como crees! Fui a ponerme ropa.  Porque sí me puse mis pijamas, no sé cómo… pero me las puse.

LULÚ EN OFF: ¿No te acostaste encuerada para tentar al destino?

Mientras habla busca sus zapatillas

KARLA: ¡Que no! Y escuche lo del vecinito, eh.

LULÚ EN OFF: ¿Apoco no, tú también te lo recetabas?

KARLA: Pues… la verdad no quiero criar chamacos o cortar cordones umbilicales. Está muy escuincle para mí.

LULÚ EN OFF: Pero lleno de… energías. Y últimamente te he visto muy desganada, como que te hace falta una inyección de vitaminas o energía.

KARLA: Lo que me hace falta es algo para esta pinche cruda que me cargo. Por qué no vienes a la casa y me traes de comer algo caldoso y picoso.

LULÚ EN OFF: Algo. ¿Cómo qué?

KARLA: No sé. Lo que se te ocurra. No tengo ganas de prepararme  nada.

LULÚ EN OFF: Ya ves como si andas desganada.

KARLA: Lulú, tengo poco de divorciada, lo que menos necesito ahorita, es una relación o aventurilla.  Por el momento, así estoy bien.

LULÚ EN OFF: Manita, el cuerpo no sabe si estas casada, si eres viuda o divorciada, cuando ya probó… pide lo suyo.

KARLA: Pues, el mío, lo que pide, es algo picoso que le ayude con la cruda.

Ya tiene el par de zapatillas, las pone junto al sillón y se sienta junto al celular.


ESCENA II El Enamoramiento

 

Karla / Él

 

KARLA: (mueve la cabeza) Ya hicieron efecto las aspirinas. Con lo que me traiga Lulú de comer, más el cafecito y… como nueva. (pausita) ¡Ay, no!, (se incorpora, súbita) ¿por favor que no se le haya ocurrido pasar a casa de Patricia para ver cómo amaneció la festejada?... porque se va a quedar a comadrear y como no se le da el chisme… No, no la creo capaz… ¿o, sí? Mejor le mando un whatsApp de voz por si va manejando. (dice el mensaje) Lulú, no te tardes por favor, que me estoy muriendo. (suplicante) Y por lo que más quieras, no pases a casa de Paty. (Se sienta y deja a un lado el celular) ¿Qué me ira a traer?... ¿una pancita o un consomé de barbacoa?... lo que sea, pero si es pancita, hasta le ando besando las patas.

Se levanta y va por una escoba, regresa, se detiene al centro y se queda pensando un instante.

(recargándose en la escoba) Un mes para que mi queridísima amiga Patricia se nos case… (se pone en posición de firmes) dejará la fila del celibato para incorporase a la guerra del matrimonio. (rompe la posición) Pobre, no sabe la que le espera. Ojala su matrimonio sea más miel que hiel. (da unos escobazos de mala gana y para)

Se le queda mirando a la escoba y voltea a ver la sala, mira la escoba, hace gestos de “ni madres, con esta cruda no barro”, avienta la escoba y se va a sentar.

Vemos entrar a Él, se coloca detrás del sillón, y le hablara cerca de la oreja.

ÉL: ¿Recuerdas nuestra boda?

KARLA: Como olvidar la iglesia adornada con cientos de rosas…


KARLA: Tu hijo, ¿cada cuando ve a su papá?

LULÚ: (hace cuentas con los dedos) A ver, nos divorciamos hace dos años… lo vio el día de su cumpleaños y después se fue.

KARLA: ¿A los Estados Unidos?

LULÚ: No.

KARLA: ¿A dónde se fue?

LULÚ: A la chingada.

KARLA: (sonriendo) Pero, ¿si te da pensión para el niño?

LULÚ: Ni cinco centavos. Ya lo tengo demandado al cabrón.

KARLA: ¿Cuándo se aparezca y quiera ver a su hijo?

LULÚ: Para que lo vea, primero tendrá que pagar las pensiones que adeuda.

KARLA: Mira, todos los días se aprende algo nuevo.

LULÚ: A ti,  ¿Cuánto te pasan de pensión para tu hijo?

KARLA: Ahorita es una cantidad voluntaria, pues él también tiene gastos.

LULÚ: No sé si eres noble o pendeja.

KARLA: ¿Por qué?

LULÚ: Mientras tú batallas con todo, el recabrón es su casita rascándose las pelotas.

KARLA: (gesto de “si, verdad) ¿Tú, crees?

LULÚ: A ver… ¿cuándo tu hijo enferma, él viene a verlo?

KARLA: No. Sólo me deposita para las medicinas.

LULÚ: Ay, Karlita… no eres noble, eres...

KARLA: ¡Ni lo digas!... ya me di cuenta.

LULÚ: Te voy a dar un consejo… ¡demándalo! Que tu abogado le pida el 20% de su sueldo.

KARLA: (dudando) No, sé…

LULÚ: No se trata de chingar. Se trata de justicia… ¿o qué te da miedo?

KARLA: No. Nada.

LULÚ: A él si le da miedo tener una familia y pavor el mantener al fruto de su efímero amor.

KARLA: Nunca defendió el espacio de la nueva familia que habíamos formado.

LULÚ: Siguió llevando vida de soltero, de fiestas, de alcohol… ¿o, me equivoco?

KARLA: No. No te equivocas. Jamás comprendió que ya no éramos él y yo solamente.

LULÚ: Si usas el corazón en vez de la razón, te vas a arrepentir.

KARLA: Ya me metiste la espinita de la duda.

ETAPA 3 El abandono.

 

KARLA: Cuando el señor estaba en Cancún bronceándose y revolcándose con la tipa esa, que me llega la demanda de divorcio.

LULÚ: ¡No lo puedo creer!... ¿No se acercó para tratar de arreglar su matrimonio?

KARLA: Nunca… y lo que me dolió es que Jamás intentó recuperarme.

LULÚ: Ese güey es huérfano, me caí.

KARLA: Y eso que le pase la chingadera más vil que me pudo haber hecho.

LULÚ: ¡Perate!... ¿Cuál chingadera?

KARLA: ¡Me acuso de secuestro!

LULÚ: ¡¿Secuestro?!... No lo sabía.

KARLA: Es que no es algo que me gustaría se divulgara.

LULÚ: Manita, soy una tumba. Cuenta, ¿qué pasó?

KARLA: ¿Juras no andar de chismosa?

LULÚ: (besando la cruz) Te lo juro.

KARLA: Después de que me llegó la demanda de divorcio, mi abogado me recomendó no salirme de la casa…

LULÚ: Para que no te acusara de abandono de hogar.

KARLA: ¡Exacto! Así que, de día me iba a casa de mi mamá… tú sabes, a desayunara, comer y cenar… la verdad no tenía suficiente dinero para mantener todo.

...

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