Una adaptación al cuento de los Hermanos Grimm
Porque puede haber (no digo que haya) violencia de casi nula a moderada, acción ilimitada, risas a granel, y bastantes carcajadas. (eso si se los aseguro) Leves… pero muy leves referencias sobre el sexo, (y no me refiero a masculino o femenino) breve desnudez… ¡No, no es cierto!… no hay nada de poca ropa, lo que si hay es humor crudo o de doble sentido, pero fino… nada de guarradas.
RECOMENDACIÓN EN CASO DE…
Que el pequeño insista en ir a ver la obra… que se haga acompañar de un adulto, (he aquí la recomendación) el cual podría ser la tía... la que casi no escucha y sin lentes no ve nada… digo, para que el menor disfrute la función y no tenga que estar explicándole al acompañante que quiere decir esto y aquello, porque hizo esto y lo demás.
Leer un poco de los cuatro momentos...RECOMENDACIÓN EN CASO DE…
Que el pequeño insista en ir a ver la obra… que se haga acompañar de un adulto, (he aquí la recomendación) el cual podría ser la tía... la que casi no escucha y sin lentes no ve nada… digo, para que el menor disfrute la función y no tenga que estar explicándole al acompañante que quiere decir esto y aquello, porque hizo esto y lo demás.
Dicho lo anterior...
Al abrir el telón, si es que hay, vemos una escenografía compuesta por un telón de fondo, donde un hermoso bosque… sí, un hermoso bosque esta dibujado. Un letrero que dice, por una cara, al Bosque. Y al darle vuelta se lee… Casa de la Abuelita. Y de una orilla, una mampara que por un lado tendrá dibujado algo relacionada al bosque y al darle la vuelta veremos la casa de abuelita.
Escuchamos música.
Vemos entrar a la mamá de Caperucita se pasea por el escenario le pide a cierto asistente del público, con mímica, que si por favor se hace a un lado (esto con la finalidad de ver si esta Caperucita ahí) sigue buscando con la mirada y repite la acción… hasta que grita:
MAMÁ CAPERUCITA: Caperucitaaaaaaaaa, ¿dónde estás? (al público) Esa muchacha, cuando se le necesita no está… parece diputado después de ganar las votaciones… ¡Jamás se les vuelve a ver!... (grita) ¡caperucitaaaaaaaaaaaaaaaa!
Escuchamos a caperucita en off:
CAPERUCITA / OFF: Voy… (se escucha una descarga de baño) (la vemos entrar sacudiéndose las manos como quitándose el exceso de agua que le quedo al lavarse la manos)
MAMÁ CAPERUCITA: Ay, Caperucita… por fin apareces.
CAPERUCITA: Ay mamá, ¿cuál es tu prisa qué con gritos me sacas del trono?
MAMÁ CAPERUCITA: (angustiada) Tu abuela…
CAPERUCITA: (angustiada) ¿Qué le pasa a mi abuelita? Acaso... (mímica de se murió) ¿chupo faros?
MAMÁ CAPERUCITA A: Que tu boca se haga chicharrón. No, no se murió… pero lo va a hacer si no le llevas algo de comer.
CAPERUCITA: ¡Ahorita!...
MAMÁ CAPERUCITA: Sí. Ahorita.
CAPERUCITA: Por qué no le pedimos una pizza y como vive retelejos no van a llegar en 30 minutos y le saldrá gratis… (sacando el celular) ¿La pido?
MAMÁ CAPERUCITA: ¡No!... no pidas nada. Sabes bien que tu abuelita esta enfermita y lleva dieta especial.
CAPERUCITA: Con el carácter que tiene la abuelita… como no va a estar malita.
MAMÁ CAPERUCITA: No juzgues a tu abuelita… sufrió mucho… y fue madre soltera.
CAPERUCITA: ¡Soltera!… pero si tienes 10 hermanos y todos se llaman Rodolfo.
MAMÁ CAPERUCITA: Si… todos se llaman igual.
MAMÁ CAPERUCITA: Si… todos se llaman igual.
CAPERUCITA: Oye mamá…
MAMÁ CAPERUCITA: Si hija…
CAPERUCITA: Y, ¿cómo le hacía para llamarlos?
MAMÁ CAPERUCITA: Recuerdo muy bien que cuando era la hora de la comida solo gritaba: ¡Rodolfos… a comer! Y todos mis hermanos entraban corriendo, se sentaban a la mesa y tragaban como marranos. (imagina que está viendo a su madre dando instrucciones a sus hermanos) quita los codos de la mesa… tú, sácate los dedos de la nariz… mastica con la boca cerrada… no le pegues a tu hermano…
CAPERUCITA: (que ha estado absorta viendo a su mamá) Oye mamá…
MAMÁ CAPERUCITA: Si, caperucita…
CAPERUCITA: Y como le hacía la abuelita cuando quería llamar a un Rodolfo en especial...
DOS
Vemos al lobo entrar.
LOBO: Si mis castos y puros oídos no me engañan… Caperucita va a casa de su abuelita, y para ir a la casa de la abuelita, va a tener que internarse en el bosque… (se regodea) y como en esta
época el bosque es muy peligroso… (al público) bueno, en esta época…qué no es peligroso?!... (pausita) (irá abriendo los ojos hasta alcanzar su máximo) ¡Dios mío!... nomás de pensar me da terror.
Se sacude, como queriéndose quitar a los demonios… se queda mirando hacia donde salió caperucita.
(oteando el horizonte) Ay San Espiridión que no me un levantón, San Andrés, líbrame del secuestro exprés… y tú, (mirando por el lado que salió Caperucita) Santa Canuta evita que suban su tarifa las… ¡Amigas de Caperucita… ya vienen!... me voy a esconder. (corre a esconderse)
CAPERUCITA: (entrando) Apúrenle muchachas…
Escuchamos música que identifique a las muchachas.
MORADO: Que paso mi Caperucita… ¿a qué hora le estamos poniendo? (unos pasitos de baile) ya me anda por darle duro a la bailada.
CAPERUCITA: Este… es que… no sé…
ROSA: Que oso… ¿¡cómo que no sabes…!?
NEGRO: Ay no ma…s esto nos faltaba, que la caperucita se apretara.
CAPERUCITA: No muchachas, es que tengo que ir a casa de mi abuelita a dejarle de comer y después puedo ir con ustedes.
MORADO: Sabes que… sabes que… te vamos a acompañar. Verdad que sí, chicas?
ROSA Y NEGRO: Síiiiiii
NEGRO: No vaiga siendo que por el bosque te salga un malandro y te de tu merecido, y luego tu grites: (evocando sus momentos con el novio) Ahhh… oooohhhhh…. yeeessss … more, more, aah
ROSA: Que oso… acaso no tiene que gritar auxilio… socorro… help…
NEGRO: Este, si verdad.
CAPERUCITA: Chicas, si ustedes me acompañan el camino se me hará más corto.
MORADO: El camino más corto es por el bosque.
CAPERUCITA: ¡No!… por el bosque no.
ROSA: Que oso… si nos vamos por la vereda nos vamos a tardar horrores.
NEGRO: Si caperucita… vámonos por el bosque.
CAPERUCITA: Es que mi mamá me dijo que el bosque es (remedándola) muy peligroso.
MORADO: Ay Caperucita… tu mamá anda en la meno.
TRES
Leñador entra marchando al ritmo de la música, se da cuenta que no es la apropiada, se detiene abruptamente.
LEÑADOR: (continua escuchando la música) Momentito… soy el Leñador de Caperucita, no el enano de Blanca Nieves. (cambio de música) que diferencia… (continua marchando y de manera entonadita…)
Soy el leñador, yo soy el leñador,
que dirige feliz sus pasos,
entre sendas y veredas,
a lo profundo del bosque,
en busca de un lugar,
donde árboles… plantar
(al público) pensaron que iba a decir: árboles a derribar, pues se equivocaron… ¡Por Dios!... ¿¡cómo está el planeta!?… lluvias, (reconsidera) ¿lluvias?… ¡inundaciones!... el agua ya nos llega al cuello y siguen talando… mendigos inconscientes - y hablando de mendigos, los calores, ¡los calores están insoportables!, tal parece que nos quieren rostizar… en esa época, los hombres desearíamos que hubiera ropa interior de teflón para que nada se pegue. (se acomoda el pantalón de la entrepierna)… Suena el su teléfono celular, contesta.
Bueno… ¿quién habla?... ¡Señora!... ¡que milagro!... ¿Caperucita?...no, no la he visto… a casa de su abuelita… le lleva de comer… por el bosque… no, no creo… Caperucita es muy cautelosa… que no le contesta… que la manda a buzón… ¿tendrá saldo? No se preocupe… mire, yo voy a lo profundo del bosque y paso muy cerca de la casa de la abuelita… si señora yo paso y le digo que se comunique… No, no es ninguna molestia… por favor, para qué son los amigos… No señora, no hace falta que me invite a comer… que esta solita… que no muerde… señora porque respira tan fuerte, hasta parece que jadea… que tiene asma… ah, solo que sea por eso… no, no… con un simple gracias basta… de nada… si adiós. (cuelga, al público) con esta mamá, se me hace rarisisisismo que caperucita sea hija única.
Estaba con ustedes, pero el sagrado deber me llama… (suena el celular, lo ve y dice) este no es el deber, es la mamá de Caperucita (contesta) si señora… no, apenas voy para allá… que de regreso le compre qué?... aceitito para bebes, (asombrado) a su edad y embarazada… ¡que no está esperando!... entonces ¿para que el aceitito?… ¡No me diga…no me diga...noooo¡ y sirve para eso… ¿apoco es mejor que la vaselina?... me lo jura… que eso es cosa del pasado… la próxima vez que tenga la piel reseca seguiré su consejo… no se preocupe, yo le llevo el aceito, ¿alguna marca en especial?... no, muy bien, el que sea, yo se lo llevo. (cuelga)
Sale cantando la canción Hi Ho de los enanitos de Blanca Nieves. Al salir gira la mampara y se muestra el dibujo de la casa de la abuelita.
LEÑADOR: (continua escuchando la música) Momentito… soy el Leñador de Caperucita, no el enano de Blanca Nieves. (cambio de música) que diferencia… (continua marchando y de manera entonadita…)
Soy el leñador, yo soy el leñador,
que dirige feliz sus pasos,
entre sendas y veredas,
a lo profundo del bosque,
en busca de un lugar,
donde árboles… plantar
(al público) pensaron que iba a decir: árboles a derribar, pues se equivocaron… ¡Por Dios!... ¿¡cómo está el planeta!?… lluvias, (reconsidera) ¿lluvias?… ¡inundaciones!... el agua ya nos llega al cuello y siguen talando… mendigos inconscientes - y hablando de mendigos, los calores, ¡los calores están insoportables!, tal parece que nos quieren rostizar… en esa época, los hombres desearíamos que hubiera ropa interior de teflón para que nada se pegue. (se acomoda el pantalón de la entrepierna)… Suena el su teléfono celular, contesta.
Bueno… ¿quién habla?... ¡Señora!... ¡que milagro!... ¿Caperucita?...no, no la he visto… a casa de su abuelita… le lleva de comer… por el bosque… no, no creo… Caperucita es muy cautelosa… que no le contesta… que la manda a buzón… ¿tendrá saldo? No se preocupe… mire, yo voy a lo profundo del bosque y paso muy cerca de la casa de la abuelita… si señora yo paso y le digo que se comunique… No, no es ninguna molestia… por favor, para qué son los amigos… No señora, no hace falta que me invite a comer… que esta solita… que no muerde… señora porque respira tan fuerte, hasta parece que jadea… que tiene asma… ah, solo que sea por eso… no, no… con un simple gracias basta… de nada… si adiós. (cuelga, al público) con esta mamá, se me hace rarisisisismo que caperucita sea hija única.
Estaba con ustedes, pero el sagrado deber me llama… (suena el celular, lo ve y dice) este no es el deber, es la mamá de Caperucita (contesta) si señora… no, apenas voy para allá… que de regreso le compre qué?... aceitito para bebes, (asombrado) a su edad y embarazada… ¡que no está esperando!... entonces ¿para que el aceitito?… ¡No me diga…no me diga...noooo¡ y sirve para eso… ¿apoco es mejor que la vaselina?... me lo jura… que eso es cosa del pasado… la próxima vez que tenga la piel reseca seguiré su consejo… no se preocupe, yo le llevo el aceito, ¿alguna marca en especial?... no, muy bien, el que sea, yo se lo llevo. (cuelga)
Sale cantando la canción Hi Ho de los enanitos de Blanca Nieves. Al salir gira la mampara y se muestra el dibujo de la casa de la abuelita.
CUATRO
Vemos entrar al lobo, llega corriendo y agitado, se está recuperando cuando entra la abuelita con la silla, continua cantando… el lobo se echa unos pasitos al ritmo de la canción)ABUELITA: (deja la silla, mira al lobo y después su reloj) Ora’tú… si eres el estríper lo pedí a las (poner una hora más de la del tiempo real) llegas muy temprano… (mirando el gansito) todavía no como.
LOBO: (avanza amenazante, pero lento, sobre la abuelita) Ahorita comes, ahorita comes…
ABUELITA: (sin mirar las intenciones del lobo, ella está en lo suyo) En cuanto me traigan el chesco.
LOBO: (se detiene de golpe) ¿¡Chesco!?... y, ¿para quiero uno?
ABUELITA: Tú, no sé, pero yo para bajarme el gansito... (mirando con extrañeza al lobo) Tú no eres el estríper que me mandan cada ocho días…
LOBO: (avanzando) Noooo.
ABUELITA: ¡Alto!... (lobo se detiene) a ver… date una vueltecita.
LOBO: ¡¿Vueltecita!?... Y, ¿a dónde quiere que vaya?... si para llegar aquí me perdí… (se cruza de brazos) no, no voy a ningún lado.
ABUELITA: Tontuelo… (con la mano le indica que sobre su eje) una vueltecita para ver que me mandaron.
LOBO: ¡Ah…! Así (gira rápido sobre su propio eje)
ABUELITA: Ay hijito… más despacito… para disfrutarla.
LOBO: (de mala gana) Ta’bien (da la vuelta lenta)
ABUELITA: Definitivamente no eres lo que pedí.
LOBO: Ah, sí… y ¿que pidió?
ABUELITA: Yo pedí un bombero… no un oso.
LOBO: ¡Que no soy osoooo!
ABUELITA: (señala con el índice) Tú, lo que seas… algo quieres y no es dinero.
LOBO: Síiiiiiii… te voy a comer…
ABUELITA: (retocándose el peinado) De veras… no son promesas... porque si es verdad, (emocionada) tengo unas pastillitas… (se busca en la bolsa) por aquí las traigo… (las saca) ya nomás me quedan dos, pero si nos alcanzan, verdad?… no, no me mal interpretes… no son para el que no puede… sino para el que quiere más… (sensual) y yo soy muy, pero muy golosa….
LOBO: (interrumpe) Dije comer…. ¡comer! (al público) qué les pasa… ¿acaso no pronuncio bien la eme? (a la abuelita) Co-m-er… comer…comer… te voy a comer.
ABUELITA: Y antes de que me comas… no podrías… (se le acerca melosa) digo como última voluntad… tu sabes…
LOBO: (repeliéndola) No, no…no.
ABUELITA: (quejándose) Ay lobo…. hace tanto tiempo que nada de nada… con decirte que ya soy, otra vez, señorita por cicatrización.
LOBO: Ay abuelita… es que… (la revisa con la mirada) no sé…
ABUELITA: (muy contenta) Yo te enseño…. Mira conque los centros coincidan… los extremos no importan.
LOBO: ¡Noooooooooooo!... nada más me la voy a comer.
ABUELITA: Eso quiero hacer yo…
LOBO: Abuelita… mejor te hablo de tu.
ABUELITA: Háblame como quieras… pero dame lo que necesito.
LOBO: Abuelita, está prohibida la eutanasia.
ABUELITA: Ay, lobo… quien piensa en eso… pero si hoy me toca…
LOBO: (interrumpe) Momento… nada de me toca, ya quedamos que solo te voy a comer.
SEIS
LEÑADOR: (entrando apresurado) ¿Qué pasa?... ¿quién grita?NEGRO: (angustiada) Nosotras.
LEÑADOR: ¿Están bien?
NEGRO: (barriéndolo con la mirada) No también como tú…
MORADO: Pero nos defendemos.
LEÑADOR: ¿Quiénes son ustedes?... porque no las conozco.
NEGRO: Mi nombre no importa, lo que sí importa (sensual y atrevida) es que como nos vamos a conocer… tú dime rana y yo salto.
LEÑADOR: (tímido) No hace falta…
MORADO: Leñador, si me quieres conocer búscame en triple doble u punto colegialas traviesas punto com y dale click en tímida.
LEÑADOR: (asustadillo) Si, si… claro… click en tímida… Y (señala a Rosa) ella.
ROSA: (agresiva) Yo qué…yo qué…
LEÑADOR: No, nada.
NEGRO: No le hagas caso… esta amargada (se agarra de su bícep) Que bárbaro… que brazote… seguro me cargas con uno solo… (alucinando) y así, como novia en su luna de miel me llevas al tálamo nupcial… (se le insinúa) ¿lo intentamos?.... (hace que se va a arrojar a su brazo)
MORADO: (hace a un lado a Negro) Yo quiero sentirlo… (palpa el bícep) ay leñador, dime qué haces para estar tan bueno?… digo, tan fuerte…
LEÑADOR: Nada… sólo parto troncos con mi hacha.
MORADO: Quisiera ser tronco para que tu hacha me partiera en dos… en tres o en cuatro…. ¡ponme… ahí y destrózame!
NEGRO: (quitándola, casi, casi aventándola) ¿Cuantos palos… haces con tu hacha?
LEÑADOR: Este… no los he contado.
NEGRO: (aplicándole el mismo empujón) Porque no vamos atrás de esos arbolitos y salimos de la duda.
MORADO. (se coloca al lado del leñador) Y si hacemos un trio… digo nos haces la demostración a las dos… este... (insinuante) si es que puedes.
NEGRO: ¡Claro que puede!... (le está agarrando el estómago) ¡Por Dios!... en este lavadero me echo, mínimo, cinco… kilos de ropa.
MORADO: (bajando la mirada, hasta llegar a los pies) Calzas grande leñador…
LEÑADOR: Un poco… del diez
MORADO: Uy leñador con esas botototototas haz de pisar fuerte.
NEGRO: (coloca su pie frente al del leñador) A ver…písame.
MORADO: (quitándola y ocupando su lugar) Mejor a mí.
ROSA: (que solo se ha concretado a mirar, exclama su frase) Que oso…
LEÑADOR: (zafándose de las chicas y avanzando hacia el proscenio) ¡Oso!... ¿hay un oso? (se pone en guardia con su hacha) Sal oso del averno… engendro de lo oscuro… sal que te voy a dar tu merecido. (se queda expectante)
NEGRO: (insinuándosele) Yo no soy oso, pero si le vas a dar su merecido… me convierto en osa.
MORADO: (dándole una nalgada) Yo también… seré tu oso pooh, Ted, Yogui, Bimbo… con tal de que me des mi merecido.
Negro y Morado voltean a ver a Rosa, como diciéndole… éntrale.
ROSA: (con mímica… ¡yo!) Escudo protector… ¡actívate! (les da la espalda por un momento)
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